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52 años escuchando música

por José Madrid

2022-10-01


9 min de lectura


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A finales de los 60, no teníamos muchas opciones para escuchar música. La radio era posiblemente la fuente más utilizada. También había algunos programas musicales en televisión, en el único canal existente. Fue a principios de los 70 cuando comenzamos a comprar música y escucharla en nuestros propios equipos.

Un repaso de los formatos existentes nos va a llevar desde el disco de vinilo hasta los sistemas de streaming actuales. NO se trata de un informe exhaustivo, simplemente un recuerdo de los formatos que yo he manejado. Si alguno no está es porque no lo he utilizado en esos 52 años escuchando música.

DISCOS DE VINILO

El formato original, el primero, fue el disco de vinilo. Había tres tipos. 

Disco sencillo (single). El más extendido, los que más se escuchaban en las emisoras de radio. Tenían habitualmente dos canciones una por cada cara. A la canción principal en la cara A se le añadía otra en la cara B. Se reproducían a 45 revoluciones por minuto. A veces, se incluían dos canciones por cara, muy raramente, pero recuerdo tener al menos un ejemplo de este formato sencillo con tres canciones.

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Disco EP, extended play o de reproducción extendida. Posiblemente el más desconocido de los tres. Era un formato de unos 25cm de diámetro, pero con menos canciones que un LP. No recuerdo que tuviéramos ninguno.

Disco LP, Long Play o larga duración, llamados álbumes. Tenían unos 30cm de diámetro, se reproducían a 33 1/3 revoluciones por minuto. Se escuchaban con todas las canciones ordenadas según estaban colocadas en el vinilo. Se hablaba de dos caras, cara A y cara B. Como en los discos Sencillo y los EP, al finalizar la cara A había que dar la vuelta al disco para seguir escuchando. 

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La duración oscilaba en función del número de canciones, los autores, el tipo de música, pero en general la duración media eran unos 45-50 minutos. 

Teníamos LPs donde en una cara solo había una canción, pero lo más habitual eran 10 canciones por álbum.

Todos los formatos se escuchaban en un tocadiscos. La ceremonia que rodeaba escuchar un disco era importante. Levantar la tapa del tocadiscos, limpiar la cápsula y sobre todo la aguja que solía coger polvo. De hecho, existían unas gamuzas especiales pasa limpiar el vinilo antes de escucharlo. A veces con un tratamiento antiestático que tenía como objetivo evitar la atracción de polvo al vinilo. También unos cepillos para quitar el polvo de la aguja.

Era emocionante sacar el disco de su funda transparente (LPs), colocarlo en el tocadiscos con el adaptador central, si era un sencillo y sin adaptador para los LPs. Todo con cuidado extremo para evitar que se pudiera rayar, en cuyo caso se escucharía para siempre el típico chasquido, siempre en el mismo momento de cada canción.

Nuestro primer tocadiscos fue un Phillips TS4100, portátil, pero tocaremos los equipos en otro artículo.

En realidad, también recuerdo una especie de tarjetas postales, de cartón plastificado, que llevaban microsurcos para ser reproducidos en un tocadiscos convencional. Había que escucharlos a 78 rpm. Teníamos alguno, siempre de cuentos infantiles, y en algunos cuentos incluían canciones. 

CINTA MAGNETICA DE BOBINAS

En paralelo con los discos, teníamos un magnetófono de cinta abierta, Grundig, donde con micrófono grabábamos directamente de la radio cuando en alguno de los programas favoritos ponían los éxitos del momento en Inglaterra. No teníamos cables de interconexión, ni sabíamos cómo hacer esa grabación directa de la fuente. Cuando se grababa, había que estar en silencio.

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CASETE

A continuación, se popularizó la cinta casete. Aquello fue una revolución ya que permitía hacer grabaciones y escucharlas en el coche. Las cintas que más utilizábamos eran las Basf C60, 90 y 120, también TDK, Maxell, Scotch Superferric. Tenían duraciones hasta 120 minutos. De las originales de hierro, surgieron las de cromo que daban más calidad. 

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Nuestro primer reproductor casete fue uno de la marca PAROS que nos trajeron de Canarias y que incorporaba radio. 

La casete permitió poder llevar la música contigo. Esto lo popularizó SONY con sus famosos Walkman. Todavía conservo el walkman 1 WM1. Utilizando como soporte la cinta casete, el walkman se podía llevar en el bolsillo, la cintura y con cascos, escuchar música mientras se caminaba… una maravilla.

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En ocasiones, el equipo se comía la cinta y cuando conseguíamos sacarla estaba llena de arrugas. Conseguiamos (con la ayuda del bolígrafo BIC), volver a colocarla en el casete, pero el sonido quedaba dañado en esa zona.

CARTUCHOS DE 8 PISTAS

Siguiendo el concepto casete hubo un sistema parecido, que decían tenía más calidad y que no requería cambiar la cara como los casetes convencionales. Eran los cartuchos de 8 pistas. Yo no los tuve, pero es cierto que se comentaba su mayor calidad. También se podían escuchar en el coche.

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El formato disco de vinilo, también tuvo un reproductor que pretendía llevar la portabilidad, eran los come discos. Permitían reproducir los discos y eran portátiles. Servían para discos de 45 rpm, sencillos.

COMPACT DISC

Entramos en la era digital. llegaron los CD. Formato que ofrecía un sonido limpio y claro que no se deterioraba con el tiempo. Escuchar una canción desde formato CD permitía descubrir por primera vez instrumentos que en el disco LP original no se había escuchado nunca.

Para los puristas del sonido el CD debido a la compresión digital, reducía la gama dinámica por lo que preferían el sonido del vinilo original.

Los reproductores también se actualizaron. Aparecen los reproductores de CD que posteriormente incorporaron la capacidad de reproducir también video en formatos DVD. 

También existió la versión portátil y el walkman da paso al discman. Mismo concepto, pero el soporte pasa de cinta casete a CD. 

REPRODUCTORES MP3

El formato de compresión del audio digital se popularizó con el nombre mp3 y se expandió rápidamente con el auge de los CD-ROM. Surgen numerosos equipos de reproducción que incorporaban discos de almacenamiento a partir de 2GB en los que se grababan los archivos mp3. Desaparece el soporte donde se encontraba la música. Ya no existía como tal un disco, casete o CD, la música estaba directamente grabada en el disco interno del reproductor.

Estos equipos tuvieron un espectacular crecimiento, terminaron con los discmans y, en parte, con los CD.

IPOD

La gran revolución en estos reproductores MP3, llega de la mano de Apple, quien, a principios del siglo XXI, lanza el iPod. Era un reproductor de música absolutamente innovador. Tenía una gran capacidad, en aquel momento hasta 10GB, y unas 3000 canciones. De ahí el anuncio en su lanzamiento: poder llevar contigo la banda sonora de tu vida. Las canciones se grababan en formato mp3 y su selección se realizaba con una rueda que navegaba por el contenido y se visualizaba en una pequeña pantalla.

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El proceso emocional de escuchar un disco de vinilo se había transformado por la emoción de tener el iPod en las manos, seleccionar y escuchar canciones en él.

El iPod se perfeccionó enormemente. Mejor sonido, nuevos diseños, más memoria, acceso a internet, pantalla táctil a color.

SONY veía peligrar su hegemonía en la música portátil, algo que efectivamente sucedió. El iPod fue copiado y copiado por muchos, pero hoy en día seguramente nadie recuerda los nombres de las copias que hicieron aquellos grandes nombres de la industria. Ninguna era tan atractiva como el iPod y ninguna ofrecía ni avances ni mejoras comparables y desde luego no alcanzaban la mencionada experiencia emocional de escuchar música con un iPod en la mano.

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Posteriormente, el lanzamiento del iPhone, hace que en el mismo teléfono se pueda llevar la música, con lo que comienza el declive del iPod que a fecha de hoy ya no se comercializa.

Como se ha comentado, ya no hay soporte. No hay sencillos, casetes, Long Plays, no hay nada. Hay archivos mp3.

INTERNET

Aparecen los programas P2P. Plataformas como Kazaa y emule permiten descargar música procedente de usuarios que la comparten de manera gratuita. Prohibidos en algunos países, permitían bajar discografías enteras. Siempre en formato mp3. 

STREAMING

Ahí estamos ahora, es el siguiente paso: streaming. Ya no es importante comprar la música que te gusta. Ahora, la suscripción a un servicio de streaming permite escuchar prácticamente toda la música disponible. NO hay límites. 

Apple Music, Spotify, Amazon music, etc. etc. Ofrecen por un precio de suscripción mensual, inferior al coste de un CD, la posibilidad de tener acceso a un catálogo de millones de canciones. Ya no hace falta comprar nada, simplemente hacer la suscripción y escuchar la selección deseada.

VUELVE EL VINILO

Curiosamente, en 2020 la venta mundial de discos de vinilo fue superior a la venta de música en formato CD. Hoy se ha renovado el interés por los vinilos. Allá por 2018, leí que los vinilos más vendidos eran de Los Beatles Abbey Road, Michael Jackson Thriller y Fleetwood Mac Rumours… todos del siglo pasado.

Muchos son los artistas que lanzan recopilatorios y nuevos trabajos también en formato vinilo. Los tocadiscos tienen ahora salidas USB que permiten la conexión a los amplificadores digitales actuales.

En mi opinión, el vinilo tiene esa experiencia emocional que comienza incluso en el momento de pensar cual vas a comprar, tenerlo disponible y tocarlo antes de escucharlo. NO quiero dejar pasar algo que en mi caso era importante: las portadas. Esa portada del Dark Side of the moon, las de Roger Dean para Yes o el bonito sol del desierto en la portada de Caravanserai de Santana, la eterna caravana de la reencarnación. Imposible de igualar en otros formatos.

OTROS

A mediados de la década 2000-2010, me enteré de la existencia de un formato llamado miniCD (creo recordar). Se trataba de un formato digital, mp3, pero se vendía como una réplica exacta del álbum de vinilo original, en tamaño CD. 

Compré algunos de mis favoritos, y todos exactamente iguales que los vinilos originales, las fundas, las letras, las pegatinas y curiosamente hasta el CD, era de color negro y llevaba el sello de la discográfica imitando al vinilo primitivo. Era exactamente igual que el original. 

En fin, en 52 años, de 1970 a 2022, mucho ha cambiado el modo de escuchar música. Las colecciones de discos, y también de CD junto con alguna casete, están colocadas en estanterías de nuestras casas, me gusta verlas, revisarlas, algunos LPs llevan las firmas y comentarios de los amigos que nos los regalaron, hace más de 40 años. Estas colecciones, están en periodo de extinción. En dos o tres generaciones, seguramente serán historias de abuelitos cebolleta, quizás este artículo ya lo sea. 

Lo que no ha cambiado es que escuchar música sigue siendo fundamental para ser feliz, para mantener el equilibrio, la energía vital y para seguir construyendo eso que Steve Jobs bautizó como la banda sonora de nuestra vida.

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