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España y el Gas
2022-09-27
9 min de lectura
Tras escuchar y leer muchas declaraciones de diferentes miembros del gobierno relativas a la situación de abastecimiento del gas en España, debo reconocer que cuanto más los escucho, menos y peor lo entiendo. Afortunadamente, también es posible escuchar y leer a técnicos en la materia que clarifican la situación. He intentado un resumen de la situación:
Introducción, ¿que está pasando?
La política energética europea es un desastre. Los planes a 2050 se comprometen a reducciones de CO2, incremento de energías renovables, y reducción del uso de energías basadas en combustibles fósiles pero parecen haber olvidado temas estratégicos como la continuidad del suministro en el periodo de transición y la dependencia energética.
Unos países cierran centrales de carbón, de ciclo combinado, y ponen fecha al cierre del parque nuclear. Otros por el contrario se ratifican en el uso de la energía nuclear como la más respetuosa con la generación de CO2 y la única capaz de aportar los kWh necesarios para el crecimiento europeo sin incrementar la dependencia energética.
También hay países que, por su cuenta, deciden conectarse directamente a través de nuevos gasoductos con Rusia para recibir gas directamente. Posición muy criticada por continuar invirtiendo en gas, combustible fósil, y aumentar la dependencia del gas ruso.
Es decir, un absoluto desbarajuste, opiniones encontradas, decisiones políticas alejadas de los documentos y planes que ellos mismos escriben y, sobre todo, un peligroso incremento de la dependencia energética de Rusia.
Nadie, ningún “experto” fue capaz de prever la guerra en Ucrania, y que sus efectos, iban a poner encima de la mesa, ese desastre de política energética europea.
Ahora, el consumo de gas aumenta, la dependencia de Rusia es mayor y la amenaza de cortes de suministro es real y preocupa en Europa, especialmente en Alemania.
Por ello, los países se lanzan a redactar planes de contingencia para reducir el consumo y con ello, ayudar a Alemania, ciertamente el motor europeo. Los mismos políticos que generaron el problema son los que redactan dichos planes.
Se buscan fuentes alternativas de gas, Argelia, Nigeria, y gas licuado americano en el caso de España a regasificar en alguna de las 7 plantas de regasificación españolas.
Las energías renovables no dan suficiente producción además de ser muy poco estables en el tiempo, los sistemas de almacenamiento de energías renovable no están todavía disponibles, bombear agua a embalses de mayor altura es la alternativa más viable, pero…. construir embalses?... nada de eso va a suceder en España. Llama la atención la construcción del complejo Támega en Portugal. Enhorabuena a nuestros vecinos portugueses.
Las sanciones a Rusia no parece que estén funcionando. De hecho, la unión europea compra mensualmente más que nunca a Rusia. Es decir, tampoco esas sanciones que se nos vendieron como terribles para Rusia, les están haciendo un gran efecto, al menos no el esperado.
Posibles alternativas actuales
Hace años la Unión Europea, con el apoyo de España, se cerraba a la construcción de un segundo gasoducto que, a través de los pirineos llevara gas suministrado por Argelia desde España a Europa, a través de Francia. Parece que no era económicamente viable. (Nuestra ministra del ramo, llegó a declarar en 2019 que "el proyecto es ruinoso, un sinsentido porque el uso del gas bajará", toda una visión estratégica de la señora ministra.
"el proyecto del midcat es ruinoso, un sinsentido porque el uso del gas bajará"
Ese segundo gasoducto era el ya famoso midcat del que todo el mundo habla. Curiosamente, los North Stream 1 y 2 (éste de momento esta paralizado) si eran económicamente viables…. Algo también difícil de entender.
Tras la guerra de Ucrania, Alemania, ante su dependencia del gas ruso y la previsible rotura de suministro, pide ahora activar el proyecto de ese segundo gasoducto, el midcat. Parece que ahora si es rentable. España, antes en contra, dice ahora que también lo apoya. La señora Ribera ha cambiado de opinión, algo muy frecuente.
Es más, cuando antes opinaba que la construcción podría llevar 4/5 años, y ésta era una de las razones para no construirlo por la planificada reducción del consumo de gas, ahora parece que puede estar operativo en 9 meses, según nuevas declaraciones de la ministra. Son los milagros de la ingeniería.
Pero, todo no pueden ser alegrías, Francia se opone. No quiere gasoducto a través de territorio francés. Su apuesta es clara por la energía nuclear. Su interés principal está es suministrar electricidad a la Unión europea, es decir la energía primaria ya transformada y con su base de centrales nucleares ser el primer suministrador europeo de electricidad.
Si Francia acepta el gasoducto, estaría creándose un competidor a futuro. Ya que ese gas que atravesaría suelo francés sería trasformado en energía eléctrica para suministrar a la Unión Europea y, probablemente, Francia vería reducido sus suministros de energía eléctrica al resto de Europa.
La postura española, ¿existe realmente una postura española?
Como ya se ha comentado, España, en el nuevo escenario apoya la construcción del midcat. Hasta los grupos ecologistas catalanes, anteriormente en contra, parecen también a favor de la construcción.
Nuestro presidente, recientemente, se ha referido al asunto y poco menos que acepta la negativa francesa basada en “política doméstica” (así lo ha definido el presidente español), y abre una segunda alternativa. El gasoducto sería submarino y se construiría entre España e Italia. Para ello, se va a reunir próximamente con Alemania.
Yo, no entiendo la postura de aceptar tan fácilmente la oposición francesa por razones de “política doméstica”. Se trata de un proyecto estratégico europeo de máximo interés y urgencia. Parece que sería más razonable hacer un frente con Alemania y resto de países europeos para tratar de revertir la decisión francesa.
Tampoco sabemos si esta opción de gasoducto submarino hasta Italia está analizada y estudiada o es una brillante idea del presidente. Adicionalmente, la lógica hace pensar que, seguramente tardaría más de esos 9 meses en los que el gasoducto midcat a través de Francia estaría en servicio, siempre según los plazos actuales de la ministra.
Aquí nace una nueva incógnita para mí. Todos sabemos que las relaciones de España y Argelia se han deteriorado por el cambio de posición de España en el asunto del Sahara. Tan pronto como saltó la noticia, el precio para España del gas argelino subió y se ha venido reduciendo su consumo en España.
Mario Draghi, viendo la situación, viaja de inmediato a Argelia y pide recibir el gas que se ha dejado de suministrar a España para ser Italia quien suministre gas a Europa. Muy listo el señor Draghi. Italia también dispone de gasoducto para llevar el gas argelino a suelo italiano.
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¿A la vista de lo anterior, tiene sentido la propuesta de Sánchez? ¿Para qué necesita Italia un gasoducto a España cuando se puede traer el gas directamente de Argelia?
Bien, intentando buscar una respuesta, podríamos encontrarla en la potencia que es España en regasificación. Con 7 plantas regasificadoras (una de ellas en El Musel, por motivos administrativos y políticos, no está operativa todavía habiendo terminado su construcción en 2012 y se utiliza exclusivamente como almacenamiento), España puede regasificar gas licuado americano y exportar a Europa a través del gasoducto.
La logística de nuestro presidente y ministra es impecable. Gas licuado americano, (extraído a través de fracking, por cierto, tecnología prohibida por las autoridades españolas), transportado a España en barcos metaneros a través del Atlántico, regasificado y almacenado en España y, finalmente, exportado a través de gasoducto a Italia para desde allí ser distribuido a Europa. ¿Alguien se habrá parado a pensar en el coste de ese gas? ¿De verdad piensan que va a tener un precio competitivo con el gas suministrado directamente a Italia por gasoducto desde Argelia?.
Si yo fuera italiano solicitaría la construcción de ese nuevo gasoducto entre Argelia e Italia y no entre España e Italia. Puedo estar muy equivocado, si alguien me lo explica, reconoceré mi error.
Hay dos problemas para España: suministro y precio.
Finalmente, la realidad, ocultada a todos los españoles, es que tenemos dos problemas. Suministro y precio.
El problema de suministro es consecuencia de la combinación entre estrategia de Putin y deterioro de las relaciones con Argelia. Con el cierre del gasoducto desde Argelia a través de Marruecos por su contencioso particular.
España ha incrementado sus compras de gas licuado a EE. UU., Nigeria y también estamos importando gas de Azerbaiyán a través de Francia y utilizando los dos gasoductos existentes en País Vasco.
¿Cuál es el motivo de traer gas desde Azerbaiyán? … el precio. El gas argelino ha subido dramáticamente desde la rotura de relaciones, el gas licuado regasificado es también más caro. Aquí aparece el segundo problema: el precio.
Curiosamente, el gas ruso utilizado en España que era del 9% ha alcanzado el 24% en Junio de 2022. Las razones están claras, el precio.
En fin, no sabemos cómo va a terminar todo esto. Nos aventuran un otoño frio (será difícil calentarlo con gas por los precios de la calefacción). Los políticos que nos metieron en este lío son los mismos que ahora nos ofrecen las grandes soluciones: apagar escaparates, poner puertas automáticas en comercios, y ajustar las temperaturas de aire acondicionado, todo ello cuando los precios de electricidad y gas han alcanzado niveles insostenibles. Sinceramente, nos toman por tontos.
- En Alemania el gobierno aprueba reactivar las centrales de carbón para evitar cortes de emergencia.
- Francia construirá 6 reactores nucleares de nueva generación con una posible ampliación a 14.
- Inglaterra activa sus tres centrales térmicas de carbón ante la crisis del gas…….
- España, apaga los escaparates, pide la instalación de puertas automáticas en comercios y continúa con la inversión de 25.000 millones de euros para cumplir con el calendario de cierre de las centrales nucleares. Por supuesto, tampoco analiza la alternativa de uso del gas obtenido a través del fracking que, se encuentra en territorio español.
Para el gobierno de España, la ideología está por encima del bienestar general. Los españoles, mientras tanto, a pagar.
Tenemos políticos con grandes conocimientos en las materias de su responsabilidad, de reconocido prestigio nacional e internacional pero lamentablemente es la ideología la que manda y aunque en ocasiones, puedan estar en contra de ciertas decisiones del gobierno al que pertenecen, se agarran a su asiento y tragan.
En realidad, somos nosotros, los ciudadanos los que tragamos, y los que pagamos. Ni España ni Europa parecen estar en la buena dirección. La situación del gas es el resultado de la incapacidad de muchos. Necesitamos menos políticos con objetivos a corto plazo y mucho más cercanos a los problemas reales de los ciudadanos con perfiles menos políticos y más técnicos.
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