Gigabaterías hidroeléctricas

GIGABATERIAS

Hoy lo llaman Gigabaterías hidroeléctricas, suena mejor, es más adecuado a los tiempos que vivimos…. Pero es nuevo? La respuesta es NO. En los años 70 se llamaban centrales reversibles o centrales de bombeo.

Recientemente la prensa se ha hecho eco de la inauguración de la primera fase del complejo hidroeléctrico de Támega en Portugal, muy cerca de Oporto. Un proyecto espectacular. Promovido por Iberdrola, el proyecto que resulta ser uno de los más importantes en Europa supone una inversión de 1.500 M€ y consiste en la construcción de tres presas y tres centrales hidroeléctricas con capacidad de 1.158MW. Al proyecto se unirán dos parques eólicos de 300MW de potencia conjunta.

Se han construido puentes, carreteras, plantas de tratamiento de aguas residuales, centrales en cavernas. Se evitará la emisión de 1,2 Millones de toneladas de CO2, y se realizará la reforestación de 1.000Ha, plantación de 17.000 alcornoques y diversas acciones para mejorar las poblaciones de fauna protegida existente.

El impacto económico es extraordinario en creación de empleo directo, indirecto y utilización de proveedores de los municipios vecinos, el 75% de portugueses.

Una cosa que me llama la atención del proyecto es su denominación. NO se habla, en primer plano, de embalses, centrales hidroeléctricas, parques eólicos, sino de Gigabaterías. Es cierto que hoy por hoy, el almacenamiento de energía eléctrica en embalses es la mejor alternativa disponible.

Pero, se trata de algo innovador? La respuesta es NO. En 1978 tuve la oportunidad de trabajar una par de meses en la central de Bolarque, de la antigua Unión Eléctrica. El embalse de Bolarque recoge aguas de los de Entrepeñas y Buendía y sus aguas bajan por el alto tajo hasta los de Zorita y Almoguera.

En Bolarque se construyó una central reversible. En las horas de energía excedentaria, se bombeaba agua hasta en embalse artificial de la Bujeda. De ese modo, se aprovechaba dicho excedente para almacenar energía. Existen numerosos ejemplos de centrales reversibles similares en España.

Lo que también existe ha sido en España un constante rechazo a la energía hidroeléctrica, a los embalses. No es necesario irse muy lejos, la prensa está repleta de ejemplos donde asociaciones ecologistas claman contra la construcción de nuevos embalses sea cual sea la ubicación, objetivo e impacto ambiental. Su desconocimiento es tan aterrador como el grado de influencia en las decisiones de nuestros gobernantes. Los razonamientos de siempre, volviendo a recordar épocas históricas pasadas demostrando que es la ideología lo que maneja sus pensamientos, nunca el interés general. Si por ellos fuera todavía estaríamos en la edad de piedra. Sin duda hay embalses que hoy en dia no cumplen su función pero la mayoría, si lo hacen. Fijarse en lo que funciona, aprender de lo que no lo hace y mirar hacia el futuro es la receta. 

En un verano repleto de incendios, donde los helicópteros e hidroaviones necesitan agua para combatir el fuego, esa agua embalsada, hubiera sido de gran ayuda.

Enhorabuena a Portugal que ha ofrecido un marco legal estable, el apoyo de organizaciones ecologistas incluido y, con la ayuda de Europa y la experiencia de Iberdrola, han conseguido llevar a cabo este proyecto. 

En España hubiera resultado imposible. Nos lo tendríamos que hacer mirar.