Boeing 737 Max
2024-07-02
12 min de lectura
Muy recientemente he realizado un viaje en avión. Después de muchos años volando prácticamente todas las semanas, ahora, como jubilado, mi ritmo de viajes se ha reducido bastante. No obstante, todavía me resultan familiares los aeropuertos, el desastroso trato que recibimos los pasajeros en el proceso de facturación, y medidas de seguridad, es verdaderamente lamentable.
Existen muy pocos negocios en el mundo, donde se sepa con total antelación el número de clientes que van a venir y a que hora lo van a hacer. Los aeropuertos es uno de ellos. A pesar de todo, tenemos que enfrentarnos a una primera cola para esperar el comienzo de la facturación. A continuación, cola para el proceso de facturación, colas para entrar en seguridad, colas para pasar seguridad y una última para embarcar el avión. Muy lamentable.
A pesar de todo, me sigue gustando tomar un café antes del embarque y ver a la gente pasar. Es muy entretenido.
En este último viaje, tras embarcar, acoplarme en mi asiento y ponerme el cinturón de seguridad, saqué del bolsillo del asiento delantero las instrucciones de seguridad y al ver el fabricante y modelo de avión, me vino un escalofrío, no era miedo, pero no me gustó lo que vi.
El avión era un Boeing 737Max. Soy una persona a quien no le gustan las películas de desastres, no me gusta lo que acaba mal. Pero en el caso de los Boeing 737Max, por una serie de razones profesionales, he seguido con interés el desarrollo de los acontecimientos que han rodeado a este modelo desde su lanzamiento por Boeing y las circunstancias que se han producido en torno a su diseño, desarrollo e historial de vuelo.
En mi memoria hay datos, refrescados por un documental de NETFLIX (“Downfall”), que explora, con testimonios directos de exempleados de Boeing, la situación producida en el desarrollo y diseño del 737Max. Algunos se recogen a continuación. No pretendo ser exhaustivo, simplemente son los datos que recuerdo en la actualidad.
Los dos primeros accidentes 2018 y 2019
Los vuelos JT-610 de Lion Air en Indonesia y el 302 de Ethiopian Airlines en Etiopía, sufrieron dos accidentes en los que fallecieron 346 personas. 189 personas en Indonesia y 157 en Etiopía. En ambos casos el avión accidentado fue el Boeing 737Max.
El 29 de octubre de 1018, el vuelo JT-610 de Lion Air se dirigía desde Yakarta a Pangkal Pinang, tenía apenas 2 meses en servicio y contaba con los últimos adelantos en seguridad. Se estrelló 13 minutos después del despegue. La tripulación pidió permiso para volver al aeropuerto, pero se perdió la comunicación. El piloto tenía 6000 horas de vuelo y seis años en la aerolínea.
Boeing 737 Max de Lion Air y Ethiopian Airlines - imágenes airliners.net
El vuelo 302 de Ethiopian Airlines, sufrió un accidente similar el 10 de marzo de 2019. El capitán, tenía 9 años en la aerolínea, 8000 horas de vuelo y el avión 4 meses de servicio
En ambos casos, parece que el avión tenía una muy fuerte tendencia a bajar el morro y los pilotos trataron, sin éxito, de corregir esa situación.
En 2019, los Boeing 737Max fueron inmovilizados durante dos años, hasta que finalizó la correspondiente investigación.
El último accidente 2024
Recientemente, en enero de 2024, el vuelo 1282 de Alaska Airlines, tuvo que realizar un aterrizaje de emergencia después de que, en pleno vuelo, una sección de fuselaje se desprendiera del avión.
Interior sección desprendida Boeing 737 Max 9 - Imágenes agencia Reuters
El avión, un Boeing 737Max 9 consiguió alcanzar la ciudad de Portland, en Oregón, de donde había despegado, realizando un descenso desde 5.000 metros de altura para conseguir el aterrizaje de emergencia de manera segura y sin incidentes graves para los 177 pasajeros.
Afortunadamente, los asientos próximos a la sección desprendida se encontraban vacíos, pero los reposacabezas de cada asiento fueron arrancados.
La página web de Boeing informa muy claramente del suceso. El elemento estructural, referenciado como MED (mid exit door), se desprendió del fuselaje lo que supuso una rápida descompresión del avión.
Las investigaciones de la FAA (Federal Avation Administration) y el NTSB (National Transportation Safety Board) en su informe preliminar, concluyen, después de una revisión en sus instalaciones, que cuatro tornillos de fijación de dicha sección al fuselaje no fueron instalados.
Interior cabina Boeing 737 Max - Imágenes CNN
Algunos pasajeros del vuelo de Alaska Airlines, relataban que, tras un fuerte golpe, cayeron las mascarillas de seguridad, un niño perdió su camiseta que le fue arrancada, un teléfono móvil salió volando, y el hueco abierto por la pérdida de fuselaje era similar a la anchura de un frigorífico. Existen documentos en foto y videos de los pasajeros.
Aunque este accidente no tiene similitud con los anteriores, no hace sino añadir más dudas sobre el diseño y procesos de fabricación de este modelo de avión.
Los Boeing 737 Max-9 fueron, de nuevo, inmovilizados.
Se da la circunstancia que el panel desprendido del vuelo de Alaska Airlines se usa para sellar un hueco donde, en otras configuraciones del avión, para otras compañías, existe una puerta de emergencia adicional.
También en el mes de enero de 2024, United Airlines, el mayor operador de Boeing 737Max-9, aseguró haber encontrado tornillos sueltos en los modelos Boeing 737Max-9, el mismo modelo que el accidentado en Oregón. Alaska Airlines confirmó este punto y comunicó, después del accidente, que también encontró hardware suelto en los 737Max después de las inspecciones.
Los atajos de Boeing y el sistema MCAS
De acuerdo con la información disponible, los accidentes de 2018 y 2019 pudieron tener la misma cause de origen. El avión tenía la tendencia a bajar el morro mientras los pilotos eran incapaces de revertir esa situación. Las cajas negras conducen al culpable: el sistema MCAS (Maneuvering Characteristics Augmentation System)
Se trata de un sistema automático que, durante el despegue, para evitar que el avión suba el morro en exceso con la consiguiente pérdida de sustentación, corrige esa subida y propicia la bajada del morro. Los pilotos desconocían la existencia del MCAS.
Además, el Boeing 737Max, incorporaba nuevos motores, de mayor tamaño, con un consumo muy inferior y, por tanto, más rentables. Para acelerar el lanzamiento del avión, los motores fueron montados bajo las alas, en el fuselaje del tradicional Boeing 737 (El Boeing 737 original voló por primera vez en 1968), pero en una ubicación diferente de los originales.
El documental de Netflix, defiende, con las explicaciones de diferentes ex empleados de Boeing, que el diseño del avión debía haber sido modificado para incorporar los nuevos motores. Pero, de haberlo hecho así, dos cosas hubieran sucedido:
1.- Todos los pilotos que operaban el avión, en cualquier lugar del mundo, hubieran tenido que pasar por cursos de formación de dos días de duración con los consiguientes retrasos y costes adicionales
2.- Al cambiar el fuselaje con un nuevo diseño, el avión tendría que ser recertificado. De nuevo retrasos adicionales en un momento de alta competencia por el avance de Airbus con su A320 Neo que había conseguido un millonario contrato con American Airlines.
Sistema MCAS - Imagen evionica.com
Boeing tiene delegada por parte de la FAA la responsabilidad de certificar la conformidad de los aviones. Parece que esta se produjo de manera acelerada, y con muy escasa mención a los nuevos sistemas incorporados en el 737Max.
Los pilotos desconocían la existencia del sistema MCAS. Por ello, no supieron actuar cuando se produjo el comportamiento inesperado del avión que intentaba bajar el morro. No habían sido informados ni entrenados en un sistema que comprometía seriamente la seguridad del vuelo.
Se llega, incluso, a cuestionar el diseño del propio sistema MCAS. La fuente de datos que accionaba el sistema era un único sensor cuando, en sistemas similares, suelen incluirse dos sensores, uno a cada lado del avión, por seguridad. (Los 737Max actuales ya incluyen esos dos sensores).
La idea de un desarrollo y diseño acelerado para conseguir un rápido lanzamiento y unos beneficios económicos importantes vuela por encima de todos estos datos.
En el periodo 2005-2015 existió en Boeing una excesiva presión por la consecución de resultados, reducciones de costes y maximizar la creación de valor para el accionista. ¿Hubo atajos para conseguir un incremento del valor bursátil comprometiendo la seguridad de la aeronave y pasajeros? ¿Fue correcta la decisión tomada por la dirección de la compañía de modificar el existente 737 y convertirlo en el 737Max en lugar de comenzar un nuevo diseño?
Me resulta muy difícil de admitir, pero, reconozco, que los datos, a veces hacen que la realidad coincida con las apariencias. Con la información disponible, imposible negar que hubo atajos. No se esperaban consecuencias trágicas, pero sucedieron.
Boeing, como acción correctiva, consecuencia de la investigación del accidente de Lion Air, comunicó a las aerolíneas el procedimiento de actuación en el MCAS al producirse los mismos problemas, pero unos meses después del primer accidente se produjo el segundo, el de Ethiopian Airlines.
¿Beneficios económicos o seguridad?
Empleados de Boeing y algunos artículos periodísticos, también indican que, en el periodo de desarrollo del avión, existió una notable reducción de costes en los ingenieros que desarrollaron el sistema MACS y el piloto automático del avión. Se subcontrataban trabajos de ingeniería a empresas exteriores, y mientras, en paralelo, se produjeron despidos entre los más caros pero más experimentados empleados de la plantilla. Se indican costes de 40 dólares/hora frente a 9 dólares/hora.
En 2011 se produce la decisión clave. Ante la pérdida de mercado del 737 frente a Airbus 320Neo, se acuerda un proyecto de 5 años para modificar el 737 existente y así nació el 737Max. Hoy, es fácil decir que fue una decisión errónea en la que optimizar costes y maximizar las ganancias en el corto plazo fueron los factores clave que llevaron a adoptar esa solución.
Las mismas fuentes periodísticas hablan de empresas externas que seguían las especificaciones de Boeing, pero cuyos ingenieros indicaban que los cálculos proporcionados por Boeing necesitaban constantes ajustes. Se perdieron experimentados ingenieros y el resultado, tristemente, es conocido por todos.
El caso del 737Max se estudió durante un tiempo en la escuela de negocios de Harvard donde se pone de manifiesto un cúmulo de errores de liderazgo individual envueltos en una defectuosa cultura en la empresa. Desde 1996, cinco CEOs pueden repartirse la responsabilidad: Condit, Stonecipher, McNerney, Muilenburg y Calhoun.
Muere uno de los principales denunciantes de la calidad de Boeing
En marzo de 2024, el new York Times publicaba que John Barnett, de 62 años, uno de los principales denunciantes de la calidad de Boeing, fue hallado muerto, en el interior de su vehículo, en el aparcamiento del hotel donde se encontraba alojado. En principio la causa fue una herida, posiblemente, producida por él mismo. Barnett iba a prestar declaración sobre una demanda en la que acusaba a Boeing de tomar represalias contra él por sus quejas sobre compromisos en la calidad y seguridad.
Barnett se había jubilado en 2017 después de 32 años de servicio en la compañía
Tras el accidente de Alaska Airlines en enero 2024, con el desprendimiento de parte del fuselaje, Barnett había comentado que el problema no es de los Boeing 737, es de Boeing. La calidad se había ido reduciendo año tras año.
Un segundo denunciante, que también había alertado sobre problemas de seguridad en uno de los contratistas de Boeing, Spirit AeroSystems, Joshua Dean, también falleció por una repentina enfermedad. Dean había acusado a Boeing a través de una demanda de accionistas y una queja ante la administración federal de aviación (FAA) por malas prácticas en la gestión de la calidad en la línea de producción del Boeing 737Max.
Dean fue despedido de Spirit AeroSystems en 2023 donde llevaba trabajado 4 años. por no haber detectado un problema en su calidad de inspector interno.
Los Boeing 737 Max son seguros
En conclusión, hay que pensar que los Boeing 737Max son seguros y que las autoridades han hecho, finalmente, su trabajo, pero los datos siembran dudas razonables:
- El MCAS no siguió el proceso normal de certificación y se tomó un atajo para acelerar el lanzamiento del Boeing 737 Max.
- Los pilotos desconocían la existencia del MACS y nunca tuvieron cursos de formación previos sobre dicho sistema.
- Está probado que el MCAS fue el causante de los accidentes de Lion Air y Ethiopian Airlines donde fallecieron 346 personas
- Expertos en diseño de sistemas confirman que el hecho que el MCAS incluya un solo sensor para toma de datos no es correcto, deberían ser dos sensores. Corregido posteriormente por Boeing.
- En el último accidente, en enero de 2024 un Boeing 737Max de Alaskan Airlines pierde una parte de fuselaje. En particular un panel que, en otras configuraciones del avión, lleva una puerta de emergencia.
- Tras el incidente de la pérdida del fuselaje, la compañía americana United Airlines, que es la que opera el mayor número de Boeing 737 en el mundo, informa haber encontrado en sus operaciones habituales de mantenimiento tornillos sueltos en sus 737Max. Alaskan Airlines confirma que también encontró hardware suelto en sus Boeing 737 tras sus inspecciones.
- Existen dudas razonables sobre el comportamiento de la FAA (administración federal de aviación). Mientras China, el continente asiático, diferentes países europeos y aerolíneas mundiales dejaron inmediatamente los 737Max en tierra, la FAA los mantuvo “aptos para volar” y tan solo tres días después adoptó la misma medida, tras una intervención del presidente de EEUU.
- Persiste la duda razonable sobre el hecho de que el proceso de diseño y desarrollo del Boing 737Max se acortó para acelerar el lanzamiento del avión ante la fuerte competencia del Airbus 320Neo y, en ese proceso, los nuevos motores, el cambio de ubicación y los nuevos diseños de MCAS hubieran requerido un rediseño y una recertificación del avión con los consiguientes retrasos.
¿Primó la optimización de beneficios a costa de comprometer la seguridad?, parece lógico hacerse la pregunta. Cada uno puede sacar sus propias conclusiones.
En fin, de ahí la tensión, al sentarme en mi asiento y comprobar que el avión que nos iba a llevar a destino era un Boeing 737Max.
Afortunadamente, el vuelo fue perfecto y el viaje resultó enormemente atractivo.
Comentarios
José
el trimestre pasado
Conozco perfectamente esas prácticas de ahorrar en personal, materias primas y procesos para, a corto plazo, reducir costes. Primar al accionista frente al empleado y cliente. Así se hunden empresas y su histórica reputación desde dentro.
Juan Carlos
el trimestre pasado
Muy interesante y acojonante.
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Esther
el trimestre pasado
Pues si que te ha sentado mal el viaje a Polonia