Elecciones 23J

El 23J, los españoles hemos votado. Con una participación superior a la del año 2019, a pesar de lo inverosímil de la fecha, los españoles hemos acudido a las urnas como si le fecha elegida hubiera sido otra cualquiera. La participación ha subido en casi 4 puntos alcanzando el 70,4% con un total de 24,7 millones de votos emitidos.

Muchos han hecho un gran esfuerzo, desde el personal de correos hasta aquellos que han modificado su plan de vacaciones para votar, voluntariamente o forzados por tener que presidir o atender responsabilidades electorales en una mesa. El resultado: un éxito de participación. 

La campaña del 23J

Quizás, todo lo positivo que cabe resaltar de los electores y trabajadores anteriormente citados, contrasta con lo negativo de nuestros representantes políticos. La peor y más crispada campaña electoral que he vivido, o, al menos, que yo recuerdo.

Enzarzados en insultos, ataques personales, utilizando la mentira con regularidad como una táctica más, faltos de proyectos ilusionantes y con un marcado carácter de división para fraccionar la sociedad española en dos bandos, lo que llaman bloques. Solo nos quedarán tristes imágenes de enfrentamientos y, quizás, algún video gracioso.

Todo ello, como si fueran dos equipos de futbol jugando un partido a puerta cerrada. Un partido sin espectadores. Los espectadores somos los electores, y hemos estado ausentes de la campaña. No han hablado para nosotros, lo han hecho para pelearse entre ellos, para defender sus asientos. Muy lamentable.

En televisión, desde programas de entretenimiento se ha desbancado a la cultura, se pontifica sobre valores fundamentales del ser humano y el mensaje ha calado. Ya no hay historia, lo importante es el relato. Sencillo, directo, que lo entienda todo el mundo, da igual si es falso o manipulado. Vale todo. Hay que alimentar el enfrentamiento entre bloques

Que recuerdos

Sin duda eran otros tiempos, pero hubo una época en la que en España, ser político, era alcanzar el máximo éxito profesional. Las abuelas que veían estudiar a sus nietos, comentaban, “como estudian, van para ministros”. Hoy, el perfil del político medio es mediocre, muy mediocre. Existen excepciones, por supuesto, pero esto, pone de manifiesto de manera más evidente, la falta de preparación de muchos. Verlos y escucharlos juntos, simplemente da vergüenza ajena.

La ilusión por votar, casi ha desaparecido. Lo hacemos por “obligación”, votar se ha convertido en algo rutinario, algunos, puede que equivocadamente, tenemos la sensación de estar votando para perpetuar a los partidos políticos, para que puedan continuar viviendo del presupuesto público, buscando su hueco para subsistir, enzarzados en sus peleas y de espaldas a la verdadera realidad de España y de los españoles.

Allá por 1976, votábamos con mucha ilusión. Votar era una fiesta. En la transición, se unieron un grupo de políticos inteligentes, de las más variadas ideologías, comprometidos para construir y sacar adelante, todos juntos, una nueva España. Escuchando, cediendo, pactando. El pueblo lo entendió y se sumó muy activamente al proyecto. Ahora, a punto de cumplirse 50 años, los que han quedado son los que quieren vivir de lo conseguido por sus antepasados, algunos, incluso quieren destruirlo, pero por supuesto, cobrando sus sueldos de lujo.

Foto  de todocolección - Portada album Jarcha Libertad sin ira

Fue precisamente en 1976, cuando el grupo andaluz Jarcha, hizo famosa su canción Libertad sin ira, inicialmente prohibida y censurada. Quizás la canción que mejor  representa la transición a la democracia. La cantábamos todos. Nos sabíamos, y todavía recordamos fragmentos de su letra “.. guárdate tu miedo y tu ira, porque hay libertad sin ira, libertad, y si no la hay muy pronto la habrá”  , “..gente que tal solo pide, vivir su vida, sin más mentiras y en paz”. Caramba, parece escrito en 1.976 pero hoy sigue vigente.

Otra canción también se hizo popular en las mismas fechas. En diciembre de 1976, se presentaba el proyecto de ley para la reforma política, el grupo Vino Tinto, escribió la canción “habla pueblo habla”. Su letra era también muy clara “ habla pueblo habla, habla pueblo si, no dejes que nadie decida por ti”. De nuevo, la ilusión se trasladaba a cada referéndum, votación o campaña. La música reflejaba esa ilusión, y nos llevaba en volandas a las urnas.

Poster electoral - referendum ley de la reforma política 15 de diciembre de 1976

Que diferencia con lo que sucede hoy. La ilusión se ha vuelto aburrimiento y desconfianza. 

Los resultados del 23J

El PP ha ganado, con una subida muy considerable de 47 escaños pasando de 89 a 136,  ganando 3 millones de votos y siendo la primera fuerza en 40 provincias de las 50 de España, Ceuta y Melilla. 

La democracia se ha pervertido tanto, que los que han ganado deben estar tristes y los que  han perdido lo celebran bailando frente a una multitud que les aclama.

España es una monarquía representativa. No gobierna quien gana las elecciones, gobierna quien consigue más apoyos en el congreso y, por ello, la política de bloques construida por aquellos que quieren servirse de la política y perpetuarse en ella, van a hacer presidente, probablemente, a quien decidió que las elecciones fueran el 23 de julio. 

La lógica, el sentido común, los resultados electorales y, me atrevería a decir, la ética política nos dice que eso no es lo que han votado los españoles. Me gustaría hacer dos consideraciones: la mayoría y el territorio.

En primer lugar, la mayoría. En mi opinión, el respeto hacia los electores debe manifestarse de modo que, habiendo votado 24 millones de españoles, como ningún partido ha conseguido mayoría absoluta, se necesitan dos partidos. Si dos partidos tampoco consiguen mayoría, necesitamos tres y así sucesivamente hasta alcanzar dicha mayoría.

La suma de los dos primeros partidos da un resultado de 16 millones de votos, un 67% del total, es decir, mayoría absoluta. Bien, esta es la opción que debería utilizarse. Y son esos dos partidos los que deberían, por ley, sentarse y no salir de la reunión hasta que no se haya conformado un programa conjunto de gobierno. Así sucede en algunos países de la Unión Europea.

Resultados 23J por partidos - Gráfico pareto - Imagen El Debate

Cualquier otra opción, planteada por cualquier partido siempre tendrá menos apoyo en votos que la anterior. Por tanto, no nos engañen. La verdadera mayoría, salida de las urnas el 23J es de 16 millones de votos y la conforman dos partidos PP y PSOE.

La pregunta es: ¿cuantos partidos deberían formar el gobierno para tener una estabilidad institucional y respetar la voluntad popular?. Aquí necesitamos hablar de Vilfredo Pareto, economista italiano que, entre muchas cosas, desarrollo el principio que lleva su nombre y se conoce también como 80/20. 

Aplicado  en política, el 20% de las causas de un problema podrán resolverlo, mientras que el 80% restante apenas tendrá influencia. Si analizamos la distribución de votos como la resultante del 23J, las dos primeras posiciones representan en 67% y las cuatro primeras el 91,7%.

Por tanto se podría elegir entre ambas en función de ciertos criterios (en el mundo real esos criterios serían económicos, posiblemente con 2 partidos representando el 67% del voto total, sea más económico y eficaz gestionar España), pero lo que no se puede hacer es dejar que el resto, esa larga cola que apenas representa un 5% sea decisivo en la gobernabilidad de un país. Especialmente cuando todos los partidos que conforman ese resto, con una excepción han visto reducidos, algunos dramáticamente, el número de votos por parte del electorado y, además, sus objetivos chocan frontalmente con los de España.

En segundo lugar, el Territorio. El mapa anterior nos indica que España, después del 23J,  está vestida de azul.  Existe, evidentemente una relación entre votos y territorio pero, lo que parece contra natura y fuera de toda lógica, atendiendo a los resultados, es que el gobierno se construya con el apoyo de los territorios en rojo, claramente minoritarios, 10 sobre un total de 50 dejando de lado, incluso arrinconándo y  sin voz, a los votantes del 80% del territorio español.

Ganadores el 23J por provincias - Gráfico El Debate

La evidencia es tan clara que no admite discusión. Los dos partidos mayoritarios  son los que deben encontrar la fórmula y formar gobierno. Ese es su trabajo por mandato de las urnas. Sin embargo, esa es la opción más improbable!!

Los bloques

Lo que hoy llamamos bloques, no existían en el pasado. Tanto PSOE como PP, se apoyaban en las minorías nacionalistas de CiU, PNV y en ocasiones CC, para constituir sus gobiernos. Nunca hubo una gran coalición a pesar de que la suma de los dos grandes partidos nacionales llegaba a alcanzar el 75% de los votos emitidos. 

PNV y CiU se beneficiaban de la situación. Siempre apoyaban al ganador y de ese modo su influencia aumentaba. Esa influencia siempre fue utilizada en el propio beneficio de la correspondiente comunidad autónoma y, en muchas ocasiones, en contra del interés general de España. 

Cuando apareció Ciudadanos, parecía que la muleta de los dos grandes partidos la podría ocupar un partido también de corte nacional, alejado de pretensiones nacionalistas que ya empezaban a tener más de independentismo que de nacionalismo. Lamentablemente el experimento acabó mal, y Ciudadanos, prácticamente, ha desaparecido de la escena policía española.

De ahí llegamos al actual modelo de bloques. Los que antes eran nacionalistas, ya se declaran abiertamente independentistas y, todos ellos, como han visto que con el PSOE van a tener una trato más favorable que con el PP y, se han constituido, de facto, en un solo bloque.

El PSOE sabe que, sin los independentistas, los números no le dan para gobernar. Los votantes de derechas e izquierdas están muy igualados. La estrategia de un bloque PSOE + independentistas es claramente ganadora. Considero a la izquierda comunista incluida en este bloque.

Este es el uso que van a hacer de nuestros votos. Utilizar aritmética parlamentaria para convencernos de lo que ha salido de las elecciones. Algunos, según parece muchos, estarán de acuerdo, algo increíble, muchos, no lo estamos, pero esto es lo que hay.

Los partidos en las posiciones 2,4,5,6,7 y 8 van, presumiblemente, a gobernar en contra de los partidos 1 y 3, en contra de algo más de 10 millones de españoles y españolas.

El precio a pagar para construir esa coalición de investidura, serán consultas independentistas, amnistías, trato fiscal preferente, en fin, continuación y ampliación de lo vivido los últimos cuatro años. Da igual, lo que sea para mantener el asiento.

El viejo PSOE se rasgará las vestiduras, muchas voces críticas saldrán a hablar de romper disciplinas de voto, no aceptaran pactos con fugados y consultas pactadas, pero su poder es nulo. Sánchez también los ha eliminado. Es el todopoderoso Cesar y quien domina el partido a su antojo. 

Lecciones aprendidas después del 23J

La derecha, separada, no puede gobernar. VOX es una escisión del PP. Los votantes que gana VOX los ha perdido el PP. Con la suma de votos de ambos partidos, hoy el presidente sería Feijóo. Pero no se han sabido entender.

Es cierto, a medias, que en algunos territorios el voto útil a PP ha perjudicado a la suma de los dos (Burgos, Albacete, Sevilla), pero también lo es que en otros, el voto a VOX ha perjudicado a la suma y, por ejemplo en Murcia, apenas 10.000 votos hubieran dado otro diputado al PP a costa del PSOE. Caso idéntico pero al revés de los de Albacete, Burgos y Sevilla. Ahí estaba la mayoría absoluta. Los estrategas debieron ver esta situación.

Durante la legislatura anterior, nos hemos hartado , yo el primero, de hablar de las mentiras del  presidente. Bien, ahora ya no vale ese razonamiento. Todas aquellas personas que han votado socialismo han refrendado el trabajo del presidente. Ya sabían que, si era necesario, pactaría con los partidos del bloque anterior e, incluso, con alguno más, aunque estén fugados de España, como así va a necesariamente suceder. 

La gobernabilidad de España, más que nunca, puede quedar en manos de quienes quieren separarse de ella. Eso es lo que han votado quienes en Andalucía, Extremadura y resto de CCAA han votado PSOE, nadie se puede llamar a engaño, avisados estabamos. 

ERC, por el contrario, ha entendido muy bien la aritmética electoral y el voto útil. Un trasvase de 500.000 votos al PSC va a hacer a Sánchez presidente. ERC sabe, que va a seguir siendo necesario, y la perdida de escaños no supone pérdida de influencia. En cuanto a la pérdida económica, ya se lo solucionarán de algún modo.

En resumen, la derecha debe reconstruirse y agruparse si quiere alcanzar el gobierno. Los números dan para ello, pero por separado, van a perpetuar a Sánchez en el poder.

Repito, avisados estábamos ahora, a disfrutar lo votado. Nunca fue más cierto que a lo único que se debe temer, es al miedo.