
Ingeniería del factor común
Una lección de 1973
Allá por octubre del año 1973, un joven estudiante, recién terminado el curso de orientación universitaria, COU, decidió estudiar ingeniería. Entre el Sears Zemansky de física, el álgebra, los manuales de dibujo técnico, la regla de cálculo y la marcha analítica en química pasaban las semanas.
Pero había una asignatura adicional: el cálculo diferencial. Era imprescindible abrirse paso en ese libro que contenía la teoría de límites, los infinitésimos, la fórmula de Taylor, derivadas, teorema de Rolle y funciones de Euler y las famosas sucesiones.
El profesor, sin duda un clásico de la escuela, llegaba a clase, tomaba la tiza y comenzaba a dibujar en la pizarra curvas, funciones, y el desarrollo de los teoremas anteriores. Pizarras interminables, difíciles de trasladar a los apuntes. La velocidad de la explicación era, tan alta, que si bajabas la vista para dibujar las curvas estabas perdido.

Pero muy pronto se aprende que más allá de los libros, las fórmulas y gráficos, la clave estaba en escuchar a los profesores, seguir la explicación y comprenderla. Ellos sabían más que los libros.
Uno de ellos, de los profesores, en concreto el de la asignatura de Cálculo, en el primer curso nos dejó dos enseñanzas que nunca he olvidado.
La primera tenía que ver con la dificultad de la carrera y el hecho de que había estudiantes que abandonaban mediado el curso. Así se refería a este tema dicho profesor cuyo mote voy a evitar y con quien supe me unía una curiosa anécdota familiar. Lo supe nada más terminar la carrera.
"Para aprobar esta carrera hacen falta: un punto de inteligencia, un
punto de estudio, un punto de trabajo… y siete puntos de ánimo."
Para aprobar esta carrera hacen falta : un punto de inteligencia, un punto de estudio, un punto de trabajo.. y siete puntos de ánimo
La cosa estaba clara, no había que desanimarse. Si en el primer examen trimestral sacabas un 2 y había que sumar 15 entre los tres trimestres, parecía difícil sumar 13 en dos exámenes, pero había que seguir, no abandonar jamás.
La segunda, era más misteriosa y más poderosa. Confieso no haberla entendido bien, aunque se refería a una técnica que se utilizaba frecuentemente en diferentes temas de la asignatura:
"Habéis venido aquí a aprender a sacar factor común."
Habeis venido aquí a a prender a sacar factor común
En ese momento parecía una broma de aula. Pero confieso que, hoy, analizando el entorno y leyendo las noticias, se revela como una lección para descifrar el rumbo de la política en España.
Cuando todo apunta al mismo, buscar el factor común
Pensemos en un personaje, quizás ficticio, quizás real, y pongamos sobre la mesa datos, que no emociones, relacionados con dicho personaje. Al agrupar los elementos… algo empieza a cantar y, de repente, me viene a la cabeza la frase de mi profesor: “hay que sacar factor común”.
- La esposa del personaje en cuestión: imputada por corrupción en los negocios, tráfico de influencias, apropiación indebida, intrusismo profesional y malversación de fondos públicos.
- El hermano del personaje: imputado por tráfico de influencias y prevaricación administrativa
- El fiscal general del Estado, nombrado a dedo por el personaje: imputado por presunto delito de revelación de secretos
- Un secretario general de su partido aupado por el personaje: imputado por tráfico de influencias, cohecho, malversación y organización criminal.
- Otro secretario general, también nombrado por el personaje: imputado por presunta vinculación con comisiones ilegales y amaños de obras públicas
- Un asesor del entorno directo, también nombrado por el personaje: imputado por corrupción y trama de comisiones, aumento patrimonial sospechoso,
- Un ministro, nombrado por el personaje, con suplicatorio solicitado por el Tribunal Supremo por indicios de pertenencia a organización criminal, tráfico de influencias, cohecho y malversación.
- Y atención: también una asesora de la mujer del personaje, su persona de confianza, también ha sido recientemente imputada.
Si esto fuera un problema de cálculo, ese alumno de 1973, hoy ya canoso, con algunos kilos de más, vacunado contra la ingenuidad, jubilado tras casi 40 años de trabajo profesional, pero con la experiencia que esos años le han brindado, no tardaría en encontrar la constante.
Factor común detectado: el personaje. Todos están directa o indirectamente vinculados con el mismo personaje.
Adicionalmente, en 2015 se produce un hecho, relatado por sus propios compañeros, en donde parece que alguna de las citadas personas escondieron detrás de una cortina una urna para manipular unas votaciones. A raiz del este hecho, el personaje fue expulsado aunque se las organizó para volver. Lo hizo viajando por España acompañado, precisamente, de tres de los individuos actualmente imputados. Podría ser la prueba del 9.

Ecuación política en tiempo real
En esa asignatura de cálculo del primer curso de carrera se aprende que, ante una expresión compleja, se debe simplificar sacando el elemento común. Así evitamos errores y entendemos la estructura. Hay que escribir la ecuación y de inmediato, sacar factor común.
Si aplicamos eso al escenario actual obtenemos lo que indica la figura:

Ecuación de la política actual en España
Donde X representa el factor común, que, claramente se deduce es “el personaje”. Ese personaje con una capacidad única: estar siempre rodeado de problemas sin que nunca sean culpa suya a pesar de que la ecuación indique, sin duda alguna, que es el factor común de la ecuación.
Atención a la primera y segunda derivada
Pero no todo son tribunales. Hay otro mecanismo aún más silencioso y letal: la purga interna.
Aquí, hay que utilizar otra de las lecciones de esa asignatura de cálculo, algo que se estudiaba en el segundo trimestre, las derivadas.
La primera derivada de una función, estudiábamos, refleja si la función en ese punto crece o decrece, y permite determinar puntos críticos donde la pendiente es cero y pueden existir máximos o mínimos de dicha función.
En un análisis con mayor detalle, la segunda derivada nos informa de la concavidad o convexidad de la función en un intervalo.
Si lo aplicamos a nuestro ejemplo del personaje, en una primera derivada pasaríamos de imputados a desterrados y destituidos mientras que la segunda derivada nos llevaría a los directamente expulsados, despedidos, marginados.
Numerosos dirigentes, seguidores, votantes, militantes y cargos del partido pertenecen a los grupos anteriores. Su error no fue robar, ni mentir, ni usar tarjetas opacas. Fue algo peor: llevar la contraria al personaje, al factor común. No aplaudieron con suficiente entusiasmo, preguntaron algo incómodo, se olvidaron de hacer lo que manda el personaje.
Los casos están documentados. Los nombres conocidos. Algunos con décadas de militancia. Todos fuera. Todos cometieron el pecado original: no rendir pleitesía al centro gravitacional del relato oficial, al personaje, el factor común.
Epílogo: la ingeniería de lo obvio
Y así, el ingeniero jubilado ve lo que ocurre y, como haría cualquier mente racional, aplica la técnica aprendida, saca factor común. Esto no es una teoría conspirativa, no es ideología ultra de algún signo, no es venganza, no es lawfare, no es ni siquiera opinión, son matemáticas, es cálculo, es el factor común. Ese factor común que existe en las imputaciones y esa primera y segunda derivada que nos hace conocer mejor al personaje al mostrar a los desterrados, destituidos, expulsados, despedidos y marginados.
Y hasta aquí podemos llegar. Yo no digo que el personaje haya cometido delito alguno o sea culpable de nada, no hay insultos ni ofensas, solo cálculos.
Los electrones orbitan alrededor del núcleo, pero el átomo necesita ese núcleo donde están protones y neutrones. Como sucede con la humedad, todo lo que toca acaba deteriorado. Como sucede con la niebla, cuando avanza oculta e impregna a todo.
Si hay ocho imputaciones alrededor de alguien, y además media docena de expulsados o desterrados por disentir con él… quizá el origen del problema está el centro del sistema, en el núcleo.

Creo o quiero pensar, que mi profesor de 1973 estaría orgulloso. No por los políticos actuales, sino porque este alumno ha sabido aplicar la lección.
"Habéis venido aquí a aprender a sacar factor común."
Y lo hemos sacado. Con esos siete puntos de ánimo, y con la certeza de que el cinismo no se resuelve con justicia, sino con sentido común.
Lo más irónico es que, incluso con todos esos imputados orbitando a su alrededor, todavía hay quien insiste: “Todo es una campaña. El personaje no tiene nada que ver.”
Claro que no, pero sí es el factor común.
Ni más, ni menos.
Comments
Jose
3 days ago
Atención que los “electrones” han comenzado a visitar Soto Del Real….. Bonito artículo, buenos recuerdos.
Juan Carlos Arenas
3 days ago
Por experiencia vivida estoy de acuerdo totalmente en el factor común, pero hay veces que el FC aunque está claramente definido hay personas que no quieren simplificar sino lo contrario. Para casi todos es claro que despejando el factor común el problema sería fácil de resolver, pero hay múltiples elementos que forman parte del problema que no quieren perder su valor. Sacar el Factor Común no nos resuelve la situación aunque nos ayuda a entenderlo.
Crazy Horse
5 days ago
Bien relatado y en mi opinión bien deducido. El factor común, de todo lo que sucede. La explicación más sencilla será la más probable, la navaja de Ockam.
Also in this category
2024-11-15
Inundaciones, muertos, desaparecidos y Asalto a RTVEVergüenza y descrédito en el Congreso de los Diputados
Ramón Almoguera
2 days ago
El átomo gubernamental está cambiando de estado, a plasma, se quedará solo el núcleo, y todo acabará siendo producto de la IA, es decir, pura apariencia.